EL MILAGRO DE LA LLEGADA DE LA PRIMAVERA        

Es el festival de la fertilidad, para algunos resultará sorprendente que comencemos a partir de esta fecha aunque estemos acostumbrados a celebrar el año nuevo el día 1 de enero, lo cierto es que la fecha resulta mucho más arbitraria, más artificial que la presente que haría coincidir el principio del año con el inicio de la primavera, inaugurando el ciclo de las estaciones.

        Como sabemos, el primer día de primavera es también el primer día que empieza el primer signo del zodiaco solar, "Aries", de ahí que muchos cultos y sociedades esotéricas como p.e., los rosacruces hagan coincidir con el 21 de marzo el inicio de su calendario, con lo que el año seguiría un proceso natural tanto en la secuencia estacional como en la secuencia zodiacal, siguiendo los signos su orden correlativo, en esto no hacen sino seguir el esquema de antiguas tradiciones europeas, especialmente de los cultos sagrados aunque también solares, como lo es el céltico, ya que en este se celebran una de las grandes festividades druídicas.

        Los días que anteceden al equinoccio vernal eran considerados en la antigüedad como los días de purificación como veremos en nuestros últimos capítulos, Varrón, se afirma en el significado purificatorio de los últimos días del año romano que empezaban en el equinoccio vernal hasta el año 45 y ello es común a muchos pueblos, los mayas guardaban así mismo continencia y no salían de sus casas por considerar críticos y nefastos a los últimos 5 días del año (días sin nombre), ceremonias similares a las romanas hay también en la pascua judía.

        En el anterior párrafo, que está extraído de investigaciones astrológicas de Demetrio Santos se resalta como tiempo de purificación los días que anteceden al nacimiento de la primavera y el resurgimiento de la diosa natura, alrededor de esta fecha y de los conceptos de muerte y resurrección surgieron los ritos de las Semana Santa cristiana, el 21 de marzo es uno de los días señalados por los magos en general vinculados al culto de la naturaleza.

        Un símbolo que debiera estar relacionado con está celebración es el de la rueda, el valor de la rueda es el de evocar un proceso cíclico, en este caso la rueda de las estaciones o la rueda del zodiaco que como hemos dicho se inicia en esta fecha, tiene el significado oculto de la renovación, del comienzo de un ciclo nuevo con toda una serie de nuevas posibilidades, la naturaleza renace, el mundo revive la fuerza activa dormida en el silencio del invierno, despierta de nuevo a la vida, esta celebración se hace cuando es posible al aire libre, suele colocarse sobre el altar un disco o una rueda de 8 radios, la estrella o rueda de 8 brazos es un símbolo arcaico de la natura, de la diosa y también de Sirio que está vinculado a múltiples claves dentro del conocimiento oculto, en Egipto era la estrella de Isis, la diosa asociada a la naturaleza y a la fertilidad de los campos entre otras cosas, los antiguos druidas la planteaban igualmente si se abrían 8 puertas cósmicas a lo largo del año lo que relacionaría igualmente el ciclo o rueda con la idea de una división óctuple, algunos tienden a vincular este concepto con la tradición mística de la optoada, 

        El fuego formará parte del ritual y se colocará en el centro del circulo mágico, las sacerdotisas se encargarán de trazar el circulo y de invocar a los 4 elementos, Fuego, Aire, Agua y Tierra, de los que según los antiguos estaba constituida la materia.

        Después de esto la sacerdotisa se colocará en el oeste y a continuación el sacerdote entrará en el circulo para colocarse ambos en el con una vara en la mano, acto seguido la sacerdotisa hará la invocación del ritual para después trazar el pentagrama invocante con la vara y entregar la vara y las disciplinas al sacerdote.

        A continuación entra en escena un tercer personaje, la doncella, entregando una vela encendida al sacerdote con la que este prenderá el fuego central, luego el y la sacerdotisa abren un baile de parejas durante el cual cada pareja saltará por turnos sobre el fuego, la última pareja en saltar antes de que el fuego se extinga es castigada en tono festivo y lúdico en términos parecidos a los del conocido juego de las prendas, tras la celebración vienen las tortitas y el vino.

        Este es sin duda en los distintos cultos, un festival de fertilidad por excelencia, ya que se celebra en la entrada de la primavera y con ella la resurrección de natura, se busca por tanto solicitar de las fuerzas cósmicas que los campos den buenas cosechas y que las reses obtengan sana y abundante prole, he aquí que aparece especialmente apropiada en esta fecha la celebración del gran rito que consiste en un acoplamiento ritual (real o simbólico) entre los oficiantes masculinos y femeninos de hecho en algunas poblaciones de Europa se conserva la creencia de que la pareja de campesinos que cultivan un campo deben cohabitar sexualmente sobre su tierra durante estas fechas en un ejercicio de magia simpática que pretende reproducir la unión entre el cielo y la tierra y que hace fértil a esta última y favorece las cosechas.

        Si se tratara de una fiesta agraria no sería menos que una fiesta solar, dado que coincide con el equinoccio de primavera lo que la convierte en una de las cuatro fiestas de adoración al astro rey, si establecemos el ciclo rítmico marcado por el sol podríamos decir que comienza el 21 de marzo en un punto neutro o de equilibrio para que se crezca en fuerza y duración progresivamente hasta el solsticio de verano de San Juan, momento en el que el sol alcanza su máximo poder, su cenit, pero llegar es también comenzar a regresar y así el punto de máximo auge es aquel en el que se inicia la decadencia y el sol empezará a menguar progresivamente hasta alcanzar de nuevo un punto neutro o de equilibrio, el equinoccio de otoño, el 21 de septiembre, pasada esta fecha la progresión descendente continúa hasta llegar a la misma expresión de poder solar, el solsticio de invierno, navidad, donde el sol agoniza antes, el sol renace como un niño y comienza de nuevo su ascensión hacia el nivel de equilibrio que marcará el equinoccio de primavera, inevitablemente su valor como festival solar hace que se le dediquen hogueras, fuegos y velas, pero su valor como festival agrario predomina de modo que el simbolismo floral se hace aun más importante.

 

 La Rueda de 8 Radios.

 

        El ígneo Demetrio Santos en investigaciones sobre astrología nos habla del valor de estas fecha en otras culturas.

        Era celebrado el equinoccio Vernal de primavera entre los egipcios (paso, pascua, tránsito), siendo la pascua hebrea un reflejo o trasferencia del rito egipcio u oriental, los babilonios también celebraban en este día el comienzo de las festividades que duraban 11 días en honor a MARDUK.

        Según Varrón, los días previos al equinoccio de primavera eran de purificación, y el año romano hasta el año 45 (A. de J.), comenzaban en estas fechas.

        Kurt Slienann, en "Historia de las magias" nos da nuevos datos sobre este día.

        Abano recomienda otro dibujo mágico, 4 círculos concéntricos para la invocación de los buenos espíritus, a primera hora del día del señor de la primavera.

        En el cristianismo surgieron alrededor de este eje equinoccial toda una serie de festividades entre las que destacan el ciclo pascual, resulta también curioso comprobar que las celebraciones del mes de mayo, en pleno esplendor de la primavera y de la naturaleza exultante, suceden exactamente una cuarentena después del 21 de marzo, siendo la cuarentena el tiempo de descanso después del parto y pudiendo asociarse esta festividad precisamente con el parto de la diosa natura.

        Gebú Urdiz en "Magia Delle Runne", hace remontar el origen de estas fiesta equinocciales hasta tiempos neolíticos cuando se unieron en las bajas llanuras del norte de Europa dos culturas distintas de diferente procedencia, una era esencialmente campesina con la característica de enterrar a sus muertos y de origen no ario, y la otra descendiendo de las zonas hiperbóreas, estas traen consigo las sagas de una religión Uránico-Solar y está formada por agricultores, pastores y guerreros que tienen el hacha de dos filos para luchar, tienden a la expansión, a la movilidad y utilizan la cremación y remontan sus orígenes al cielo y poseen las runas, los solsticios y equinoccios serían fechas de culto en la nueva cultura resultante y se mezclarían tanto los simbolismos ígneos y solares como los agrícolas y de fertilidad, los equinoccios eran celebrados como fiestas diurnas y los solsticios eran fiestas nocturnas.

        Nuestra pascua conserva algunos vestigios, la primera de ella se refiere al equinoccio de primavera, el huevo del mundo está a punto de abrirse y generar justo en el punto en que se manifiesta la diosa Ostara (pascua), en alemán Ostern y en ingles Eastern, o sea , la que viene del este, tenían lugar danzas y ceremonias en los bosques sagrados, para celebrar el inicio de las labores agrícolas y la reanulación de las aventuras en la tierra y en el mar, se mantienen los mismos significados y símbolos ya planteados y especialmente el de la diosa, pero se añade un símbolo nuevo asociado comúnmente con la pascua, mucho podría hablarse del simbolismo del huevo, ese símbolo tan común a esas fechas y si antiguamente se preparaba cociendo un huevo y colocándolo sobre un pastel o bizcocho recibiendo en algunas localidades de España el nombre de hornazo o en la religión de Cataluña el de mona, a  menudo el huevo se pintaba, decoraba o adornaba con tinta.

        En EE.UU. se mantiene aun muy especialmente esta tradición de regalar huevos por pascua, con el tiempo el huevo real fue sustituyéndose por su reproducción en chocolate, haciendo las delicias de grandes y chicos, pero ¿porqué un huevo?, la razón está en su valor simbólico, el huevo es símbolo de aquello que aun no existe pero que contienen en su interior la esencia de la vida presta a manifestarse en cuanto se produzca la eclosión, es igualmente la semilla de forma similar que contiene aquello que deberá germinar y crecer a partir de ella, la semilla, el huevo, el óvulo y la bolsa que se forma dentro de la madre tienen el mismo simbolismo, el de aquello que permanecía sumergido en la noche (la tierra, la cáscara, el invierno, la no existencia, ...) y de pronto surge de su caparazón y brota hacia la vida.

        Numerosas tradiciones ocultistas plantean el inicio de la creación como la eclosión del huevo cósmico, la esencia que contiene todas las potencialidades y que nutre a todo lo creado, su relación con la primavera se nos hace así de clara, dado que ella simboliza precisamente la apertura del huevo y el nacimiento de la vida.

        La importancia del equinoccio vernal afecta a muchas corrientes como vemos y una de ellas es la alquimia, el propio Fulcanelli, plantea en su "Mystere des Catedrales" que en esta fecha se inicia la gran obra alquímica, lo que por supuesto tiene un valor mucho más simbólico que real, de paso indicaremos que el huevo filosófico es un elemento sumamente importante entre los materiales del alquimista puesto que será en su interior donde se desarrollará la gran obra, para los aficionados no será difícil hallar aquí una conexión entre microcosmos y macrocosmos al ver que el huevo se asocia tanto a la natura como al hombre que es para muchos el instrumento en cuyo interior se operan las trasformaciones.

El huevo, el embarazo, la semilla, el óvulo donde se gesta el que tiene que nacer, todo tiene un mismo simbolismo

        En China se llevaba a cabo en los equinoccios el culto a los antepasados, un anciano o sabio del lugar leía la oración mientras permanecía de rodilla mirando las tablillas de los antepasados que se colocaban encima de un altar, Demetrio Santos señala que entre los judíos se practicaba incluso previamente a esta celebración, un régimen alimenticio especial, el ayuno total, hibernación, este es un procedimiento para disminuir el desequilibrio orgánico al pasar por un punto critico y el animal rejuvenece tras la hibernación y de ahí que venga recomendando tal método, de aquí se deriva la cuaresma cristiana en el tiempo biológicamente más critico del año.

        Entre los judíos, la pascua  (equinoccio Vernal) era el tiempo más critico por lo que se comían alimentos especiales, entre estos alimentos especiales tenemos el pan sin levadura o el pan ácimo, en sí todo este proceso parece apropiado para los días que preceden a la entrada en primavera puesto que el ayuno es en si un proceso de limpieza interior en que el cuerpo al no recibir alimento exterior quema los depósitos sobrantes en el intestino almacenado en forma de grasas.

        Resulta coherente con todo lo expuesto, la idea de  depurar el propio organismo como el organismo de la Tierra, antes de empezar un nuevo ciclo biológico.

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